Recuerdo haber oído los pasos deambulantes de mi mamá a deshoras, en el frío de la madrugada, con sus uñas que tocaban la porcelana de la taza de té que le hacía compañía a ella y sus pensamientos. Ella pasaba horas visualizando, imaginando y creando espacios BELLOS. Para ella esto era más que un trabajo y una pasión, esto era su vocación.
A lo largo de los años ella nos reiteraba a mis hermanos y a mí que la casa que ella había creado para nosotros era mas que un hogar. Era la manifestación pura y tangible de su amor por nosotros. Cada tela, cada cuadro, cada mueble posicionado de la forma como estaba, cada antigüedad o reliquia llevaban mas que una historia registrada.
Había un cuadro en la sala principal que había sido pintado por su hermana y gran artista que narraba el entrega de amor mas pura y absoluta. La unión de dos hermanas por medio de un transplante. Un cuadro de mármol que mi mamá y yo habíamos escogido juntas en un bazar de antigüedades, una silla de su bisabuela, una vase de plata obsequiada de mi abuela, un ícono de sus viajes, y así podría narrar por horas.
El punto es el siguiente; así como nuestra relación con la comida en la materialización de nuestra relación con nosotros mismos, nuestros hogares son la narración de nuestra vida. Quizás no sea en secuencia pero cada una de las cosas que nos rodea en nuestros refugios del alma pueden ser un recordatorio de nuestros fortunios, de nuestros legados y de quienes nos hemos llegado a convertir a partir de ello.
En estos días de refugio mundial tenemos el privilegio de ser espiritualmente remunerados en silencio (si así lo permitimos) por cada uno de los objetos que anidan en nuestros hogares.
Te comparto 3 tips para sacarle provecho a ese espacio que te rodea:
- Escoge un espacio o rincón de tu hogar, cualquiera que sea. En el que más te sientas cómodo y solo observa por unos segundos si todo lo que lo envuelve te da felicidad. Si no es útil y no aporta algo positivo a tus emociones, quizás sea un buen momento para reconsiderar si tenerlo allí o no.
- Limpieza de clóset es uno de mis momentos favoritos del año que, aunque me permito llevarlo a cabo varias veces a lo largo de las estaciones, es uno de los rituales de liberación mas exquisitos que pueden existir. Estoy haciendo espacio en mi vida (a nivel energético también) para todo aquello que quiero y estoy compartiendo con otras personas algo que puede alegrarles el día. Para todos aquellos momentos que decíamos “no tengo tiempo”, las excusas se acabaron.
- Las fotos dicen mas que mil palabras… y pintan en nuestras caras las expresiones mas naturales. Escoge 5-6 fotos enmarcadas que representen AMOR, PAZ Y ALEGRÍA PURA. Colócalas cerca de tu mesa de noche, algún escritorio que tengas a la mano y que frecuentes más en estos días. En momentos de duda, las fotos te recordarán cuán afortunado eres.
En los momentos de silencio la incertidumbre y el miedo pueden llegar a ser nuestras guías de acción pero te puedo garantizar que envolverte en un refugio que te recuerde constantemente en cada objeto que eres amado, que la vida es buena y que a pesar de los altibajos esto también pasará. Al final del día regresemos a casa esperanzados llegaremos a un refugio.
En mi libro “It’s Not About The Broccoli” hablo mas a detalle sobre la integración de todos nuestros aspectos de la vida para rediseñar nuestro espacio mas sagrado: el Alma.
¿Como más reavivas tu vida por medio de tus espacios? Quiero saber más de ti. Por favor comparte en los comments abajo.